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Hasta dentro de lo seco y espinoso nacen flores

jueves, 17 de diciembre de 2009

¿BUENA O MALA?

A la Reme la dejó el marido.

Alos 48 años y tras 27 de matrimonio normal le ocurrió lo que tanto había lamentado en otras mujeres y que nunca sospechó que le fuera ocurrir a ella. Su marido era un hombre serio y educado, muy trabajador, que no salía sin ella ni a ver si llovía, cosa que mas de una envidiaba, sobre todo las que tienen un marío de esos que parece que vienen a casa a quitarse las pulgas del cuerpo para salir corriendo al bar de la esquina un día porque hay partido y otro porque tienen partida. Como no habían tenido hijos, decíamos: Mira qué bien, se apoyan el uno en el otro, como no tienen a nadie...pero se vió que él sí tenía a alguien.

El hombre tenía una correduría de seguros que les permitía vivir bastante bien, como solo eran dos...durante años trabajaron juntos, ella hacía de secretaría y limpiaba la oficina. Cuando empezó a sufrir artritis en las manos decidieron buscar ayuda y aceptarn a una chica para limpiar la oficina, resultó un encanto, limpiaba estupendamente y se ofrecía a ayudar en todo porque además por lo visto tenía estudios. Reme vió el cielo abierto, su alegría aumentaba al mismo ritmo que el deterioro de sus huesos. Un día el marido le dice: Cariño ya has trabajado demasiado, te mereces descansar ¿porqué no te quedas en casa y te cuidas? Lorena (la que limpiaba) podría sustituirte, nos lo podemos permitir...

Así comenzó todo. Reme se quedó en casa (la verdad es que se pasaba buena parte del día en la calle de cafelitos y tiendas) dedicada a sus padecimientos y a su marido, por este orden.

Todo parecía ir de maravilla, la menguante fogosidad de su marido ella lo achacaba a lo considerado que era con sus dolores y se lo agradecía. Hasta que un día en uno de esos cafelitos una amiga le dice:
-Tu estás tonta...para lo que hacías en la oficina te podrías haber quedado...
El tonillo con el que se lo dijo y la expresión de las otras dos que las acompañaban la escamó...
comenzaron a venirle malos pensamientos, tan malos que a veces se sentía culpable cuando llegaba su esposo con algún detalle...era tan bueno con ella, la tenía como a una reina, no le faltaba de ná y la dejaba hacer lo que le diera la real gana...

Un mal día suena el teléfono de la casa:
-Reme soy....(Una clienta vecina) ¿qué horario tiene la oficina de tu marido?
-El de siempre ¿porqué?
-No sé esque ya he ido dos veces a primera hora de la tarde y me la eencontré cerrada...
Esa noche cuando él llegó se lo comenta, le responde que ahora abre media hora mas tarde, que con el calor la gente sale mas tarde de casa...
-Entonces ¿porqué te vas a la misma hora?
-Aprovecho dentro para adelantar trabajo.
-¿tu solo?
-¿Ya vamos a empezar con las tonterías?

Para resumir: ella con la mosca tras la oreja, decidió vigilarlo...comprobó que la chica tan apañá ella, también entraba antes para "a puerta cerrada" adelantar trabajo...
Espera un ratillo, entra con su llave, se lia el zapatiesto, se va a su casa, le pone la maleta en la puerta al marido, el marido coge la maleta y se va...con Lorena, 21 años mas joven que ella.

En el divorcio ella se queda con la casa y con la mitad de los ahorros (que habían menguado considerablemente).
Al cabo de un año, ella con su artritis y otras averías necesita trabajar, a su edad con suerte, entra en una confitería...se ve que lo va superando...le sale un novio muy resultón, algo mas joven..del ex, ni noticias siete años ya.


Suena el teléfono. Desde un Hospital.

Tienen un señor muy enfermo que el único teléfono que ha dado es el suyo...como nadie se hace cargo de él, la llaman a ella. Cabreo gordo,rencor guardado que explota, dudas, morbo, curiosidad. Va al hospital, se lo encuentra irreconocible: ha sufrido un ictus, medio cuerpo paralítico, el otro medio cuerpo fatal...el hombre balbucea, llora. Ella como una estátua (por fuera), la estátua cobra vida, lo consuela, se informa: El enfermo debe abandonar el hospital, no tiene a donde ir, el piso que compró tras la separación lo puso a nombre de la otra, esta no quiere saber nada de él, que cuando enfermó ya estaban peleados . Reme que se alegra, Reme que se enfurece. Se va.
Dos días meditando entre el rencor y la lástima.

Vuelve al hospital. El hombra la escucha, accede agradecido, firma lo que haga falta...Busca un notario...

Andrés está hoy en día en una buena residencia, ella y su novio lo visitan con frecuencia, a menudo va ella sola cuando sabe que está de turno un enfermero muy majo, muy profesional... procura que tenga lo que necesite, le tratan bién.
Reme paga la residencia con parte de la buena pensión que se procuró , la otra parte se la queda ella que es su administradora, su heredera y la beneficiaria del seguro de vida...Su novio la está convenciendo para que se lo traigan a casa y cuidarlo entre los dos, que hasta está dispuesto a dejar su trabajo de camarero, así se ahorran el dinero de la residencia.

Reme lo está pensando...

3 comentarios:

Lunaria dijo...

Reme es una buena mujer, mi pregunta es ¿Que hubiera hecho él si fuese al contrario?...

Besos

JOSE LUIS POSA dijo...

estos casos pasan muy a menudo, los hombres somos cobardes y avandonan a la mujer cuando surge una enfermedad grave o crónica, solo tenemos cojones para una cosa, pero pcuando de verdad hay que tenerlos nos cagamos garra abajo.Besos y gracias por tus reflexiones

Lunaria dijo...

Carmina y compañia, no quiero pasar sin desearos Felices fiestas

Un beso muy fuerte